Ángela Cuadra: «Se trata de ver hasta dónde somos capaces de llegar con muy pocos recursos, voluntad y camaradería»

Ángela Cuadra es una artista que vive y trabaja en Madrid. Interesada en las posibilidades del espacio doméstico como lugar de resistencia, funda bajo este presupuesto el espacio ‘Salón’, una sala de exposiciones dentro de su propio domicilio, en octubre de 2013. A través de este proyecto busca nuevos modos de relación entre el arte, sus agentes y el público, a la vez que explora nuevas posibilidades de dar a ver el hecho artístico.

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Imagen cortesía de Ángela Cuadra

Residencias, microexposiciones, performance de un día, eventos por horas… Estos son las últimas novedades en el mundo del arte. La reinvención de los modelos artísticos y de producción nos dirige directamente a la casa de Ángela Cuadra para que nos cuente de primera mano, que ocurre cuando llamas a su puerta.

¿Qué es SALÓN?

Salón es una habitación espaciosa destinada a ser el centro de la vida social en una vivienda, así como para recibir a los visitantes. También en esta palabra hay un guiño irónico a los grandes salones artísticos de la Academia de Bellas Artes en París, o a aquellos salones filosófico-literarios regentados por grandes damas de la época como Mme. Recamier, Mme. De Staël… En estos últimos se gestaron las ideas que dieron pie a la Revolución Francesa.

IMG_6042Imagen cortesía de Ángela Cuadra

¿Cómo se financia Salón?

Durante los días de la muestra se recauda una aportación de las consumiciones, las cuales cubren los pequeños gastos que puedan surgir como los portes de obras, el desplazamiento de un artista, una publicación… La idea es no hacer un gran despliegue de medios de producción y sí de los recursos de los que disponemos: herramientas, equipos de reproducción o sonido y muebles. Todo lo que esté a mano y sea susceptible de ser utilizado se pone al servicio de cada propuesta. Además hay que contar con nuestros vecinos y con los que vivimos en la casa.

¿Cuál será el próximo comisario y qué criterios seguís a la hora de elegirlo?

La próxima en llegar será Nerea Ubieto, que lo hará a finales de noviembre. No hay un criterio único. La afinidad y relación más o menos estrecha con los participantes. La invitación también puede surgir durante una charla o una comida.

reduced-DSC00731Imagen cortesía de Ángela Cuadra

Estáis a punto de sacar un nuevo programa, en este caso para artistas…

Es una idea muy loca, una especie de experimento intentando aprovechar lo que hay. Es una residencia para artistas en un piso compartido situado en el mismo edificio. Es todo lo contrario de lo que cabría esperar de una residencia artística, es una “anti-residencia”. Es un piso que da bastantes quebraderos de cabeza a los vecinos ya que tiene un montón de habitaciones y el casero mete a gente de lo más variopinta como estudiantes, músicos callejeros, mendigos de iglesia, repartidores de propaganda de la zona, porteros de night club con pinta de ex boxeadores, prostitutas…

Suele haber mucho tránsito de gente y por tanto se quedan muchos espacios vacíos. Esto puede ser interesante para los artistas ya que posibilita la construcción de obra por un lado y vivir una experiencia diferente con sus peculiaridades y universos cambiantes.

Siempre he sido muy curiosa y la idea de entrar allí y ver cómo es ese lugar en su cotidianeidad me seducía. Un día hablándolo con otro artista, Rodríguez-Méndez se lo comenté y llegamos a la conclusión de que sería interesante hacer un programa de residencias allí, así es como surgió la idea. Por supuesto Rodríguez-Méndez se ofreció voluntario sin dudarlo para iniciar semejante empresa.

¿Dónde, cuándo y cuánto tiempo van a durar estas residencias?

La idea es que duren uno o dos meses. Estoy valorando el número de residentes por año, si realizar una convocatoria o invitar directamente a los participantes, lo que sí tengo claro es que la comunicación de las distintas opciones que planteo debería venir precedida de una frase tipo “Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza” .

¿Qué objetivos perseguís con esta nueva convocatoria?

La anti-residencia es un encuentro violento y provocador. En ella se forjarán estados de convivencia que sin duda enriquecerán el lenguaje del artista invitado. Es ese resultado posible o imposible lo que espero que se convierta en la naturaleza real del proyecto, que está por descubrir, una indefinición que es la principal razón para abrir esta propuesta.

¿Estas residencias se materializarán en una exposición en el Salón de Ángela Cuadra?

Habrá una presentación pública de resultados en una exposición, una pubicación y también una web en la que el artista podrá subir periódicamente lo que considere oportuno durante su periodo de residencia.

¿Salón y estas “anti-residencias” responden a las necesidades artísticas que os rodean o siguen un ideario establecido?

Me gusta pensar que estas iniciativas ponen de algún modo en evidencia la decadencia y falta de iniciativa de algunas estructuras artísticas que nos rodean, tanto públicas como privadas, pero no creo que a tales estructuras les importe un camino en el fondo. Para mí, se trata de ver hasta dónde somos capaces de llegar con muy pocos recursos, mucha voluntad y camaradería. Un poco como Robinson Crusoe, estudiar el terreno y sacarle el máximo partido a lo que uno tiene a mano, sin importar si un día va a venir una nave en nuestra busca.

 

Por Mary Carmen Velasco

 

 
 
 

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