‘Micropíldoras #1’, por Juan Presunto

Micropartículas 1 Vanitas 3 Fernando Bayona

 

Por Juan Presunto

En esta época de crisis lo mejor es no estar parado. Quien parece saberlo mejor que nadie es Rafael Doctor Roncero, que después de presentar su segunda novela, La tormenta del amor –en una bella edición de autor de 400 ejemplares que se ha tomado la molestia de dedicar y personalizar en distintas galerías y eventos-, se ha instalado, con gabinete personal incluido, en el Museo Lázaro Galdiano, donde atiende a los visitantes de la exposición Taxonomía del caos, enmarcada en PHotoEspaña. También acaba de comisariar la exposición de José Manuel Ballester en CaixaForum, que celebra el 60º aniversario de la constructora Ferrovial. Por último, presentó la semana pasada, después de dos duros años de trabajo, su compilación Arte Contemporáneo Español, editada por La Fábrica. Y todo ello sin abandonar su cuenta de Facebook, una más interesantes del panorama artístico patrio -con permiso de Fernando Castro Flórez-.

Otro hombre que también presenta exposición y libro -prologado por el ubicuo Castro Flórez– es el aguerrido cubano Andrés Isaac Santana. Después de comisariar la exposición Cuerpo (in)subordinado en la galería madrileña 6mas1 -una de las más interesantes de la sección OFF de PHotoEspaña- el próximo jueves presenta en La Central su última recopilación de ensayos, con un título sin medias tintas: Sin pudor (y penetrados).

Paseando por el Triángulo del Arte madrileño nos enteramos de que CaixaForum cobra entrada desde el pasado 6 de mayo. Bueno, en realidad a los que aún no somos clientes del banco más grande de España. Está claro que para CaixaBank no todos somos las estrellas.

Otros que han subido recientemente el precio de las entradas son los del Museo Reina Sofía, que aprovecharon la inauguración de una de las exposiciones más comerciales de los últimos años, la de Dalí, para dar un nuevo sablazo. Además de subir el precio de los tickets un 33% -la entrada general pasa de 6 a 8 euros-, las horas gratuitas disminuyen considerablemente -9 horas y media semanales-.

Otra de museos. Hasta hace unos días no conocía el nombre de Manuel Olveira, pero desde que decidió asumir la subdirección del MUSAC en sustitución de Eva González-Sancho veo que se ha convertido, por méritos propios, en el enemigo público número uno de los profesionales del arte. En todo caso, no le faltará el hombro de algún político donde llorar sus penas.

Los que deberían estar dando saltos de alegría pero no lo están son los 125 afortunados de la lista de Los artistas más prometedores en 2013, publicada por la revista económica Capital. Todo un ránking ATP que dará para un buen torneo de saques y restos –en las gradas, contemplando con algo de somnolencia y calor los raquetazos, escondidos los rostros detrás de inmensas gafas de sol, los enigmáticos coleccionistas, comisarios y galeristas de este país que han votado la lista-.

Entre los 125 elegidos se encuentra en un mísero 120º puesto Eugenio Merino, que tendrá que pasar próximamente por el juzgado. La Fundación Franco le reclama nada nada más y nada menos que 18.000 euros en concepto de “daños a la imagen del dictador”. ¡En buena hora se lo ocurrió al amigo meter al Generalísimo en una máquina expendedora de refrescos! En apoyo al artista, la Plataforma de Artistas Antifascistas prepara una exposición en el céntrico barrio de Vallecas -está claro que en periférico Chamberí, donde campan a sus anchas las hordas neofascistas, no son bienvenidos-. En Twitter ya hay un tal General ísimo que reclama la presencia de los grises el día de la inauguración.

El que ya ha sido juzgado y condenado, en este caso por el gran hermano Zuckerberg, es Juan Francisco Casas, que ha penado de la peor manera posible: viendo cómo su cuenta de Facebook, siempre repleta de buenas mozas, se desvanecía por unos días. ¿El delito? Compartir en su muro la noticia de XTRart sobre la exposición Vanitas 3, comisariada por Carlota María Abarca, aka Carlota Lo, para la Térmica en Málaga. En realidad el verdadero culpable de todo fue el pezón algo rezumante de leche de Fernando Bayona que aparece en el cartel de la exposición. Carlota, que también ha sido juzgada y condenada con todo merecimiento a 30 días sin su cuenta, se ha visto obligada a autocensurarse poniendo dos tiritas encima de tan escandalosa protuberancia mamaria para poder seguir difundiendo el evento en la puritana red social. Un nuevo Pezongate en toda regla.

¿Quién dijo que en casa del pobre dura poco la alegría? La pobre familia Alba, necesitada de líquido para mantener su inmenso patrimonio –no les bastan los 3 millones de euros que les da la Política Agraria Común de la Unión Europea para que pastoree en sus extensos latifundios-, ha ganado más de un millón de euros por la exposición El legado de Alba, acogido por el Ayuntamiento de los 500. El pellizco para la Botella, que puso el piso -e incluso un microcrédito de 170.000 a la humilde familia para que pudiera mostrar con un poco de dignidad sus tesoros-, ha sido eso, sólo un pellizco.

Para terminar, otro motivo de alegría, pero de verdad. Pablo Pérez-Mínguez por fin tiene el homenaje que se merecía. Nada más y nada menos que 50 nombres –ningún premio Nacional, eso es cierto- en una exposición donde, por encima del arte, de alta calidad, prima una verdadera y larga amistad.

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