El título genérico de Quadratura alude al recurso pictórico renacentista de crear efectos tridimensionales sobre superficies planas. Y es que las nueve piezas expuestas (incluida Circadian Rhythms, que pertenece desde 2010 a la Colección Gas Natural Fenosa) coinciden en la utilización de pantallas corpóreas, formadas por los restos de sucesivos naufragios tecnológicos: cables telefónicos y eléctricos de múltiples colores, bombillas fundidas, cintas VHS, tiras de celuloide de 35 mm., pantallas de televisores analógicos, discos DVD… Consumibles asociados a diversas etapas en la historia de lo audiovisual, y condenados por ello a una rápida obsolescencia, que son reanimados por el parpadeo luminoso de los proyectores. Basura tecnológica que, gracias al aliento fertilizador del vídeo, emula el pulso de los tejidos vivos, libera las memorias personales y colectivas que acumuló durante su vida útil y confiere a la imagen en movimiento una insospechada dimensión escultórica.

Como afirma Santi Olmo, la obra de Daniel Canogar “constituye un ejemplo de cómo el arte contribuye a la consolidación de una conciencia crítica en el uso de herramientas tecnológicas, asumiendo y expandiendo sus implicaciones teóricas en la construcción o transformación de un paradigma perceptivo».

Entre los últimos proyectos de Canogar destacan las exposiciones individuales Latidos (Fundación Telefónica de Buenos Aires) y Vórtices (Fundación Canal de Isabel II de Madrid), así como su participación en Brain: The Inside Story, una exposición divulgativa del American Museum of Natural History de Nueva York, y sus intervenciones en espacios públicos de ciudades como Bruselas, Madrid, Roma, Río de Janeiro, Houston y Estambul.

La muestra Quadratura pudo verse de diciembre de 2012 a mayo de 2013 en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa de A Coruña.