Leonor Esguerra Portocarrero: «El tema pasa por concebir la cultura como un bien de consumo suntuario o un factor de desarrollo humano y de progreso»

Tras 14 años a cargo de la Dirección de Cultura de la SEGIB y con infinidad de proyectos a sus espaldas, Leonor Esguerra Portocarrero inicia una nueva etapa fuera de la Secretaría General Iberoamericana. En esta entrevista nos resume su trayectoria, nos cuenta cómo surgió la SEGIB, los objetivos que se han cumplido hasta ahora y nos ayuda a entender la incansable labor de los gestores culturales y el peligro que siempre conllevan los cambios de dirección.

Leonor Esguerra

Imagen cortesía de Leonor Esguerra Portocarrero

LEONOR ESGUERRA PORTOCARRERO. Directora de Cultura de la Secretaría General Iberoamericana. Licenciada en Filosofía y Letras, por el Colegio Mayor del Rosario, especialización en gerencia de empresas. Anteriormente fue subdirectora de Reuniones Ministeriales de la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB), y Responsable de Relaciones Institucionales y Sociales de la Secretaría de Cooperación Iberoamericana (SECIB).

Ha sido Subdirectora del Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá; directora general de la Corporación para el Desarrollo Comunitario; Directora de Relaciones Internacionales de la Fundación Social de Colombia (cabeza de un holding empresarial de 16 empresas); investigadora de la Fundación Ford; consultora de empresas en Inversión social y evaluación de Proyectos; asesora de fundaciones en planificación, cooperación y generación de recursos; miembro del Consejo Internacional del Movimiento Iberoamericano del Tercer Sector, y autora de libros y artículos especializados.

—–

¿Con qué objetivo se creó la SEGIB?

Por un lado, la Conferencia Iberoamericana. Desde la I Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en la ciudad mexicana de Guadalajara en 1991, los mandatarios de los 22 países (España Portugal, Andorra y los 19 latinoamericanos) crearon un espacio de deliberación permanente, sustentado en un pasado y una cultura común. Acordaron “convertir el conjunto de afinidades históricas y culturales en un instrumento de unidad y desarrollo basado en el diálogo, la cooperación y la solidaridad». Dejaron sentado que el principal elemento constitutivo de lo que en adelante se denominaría la Comunidad Iberoamericana era el acervo cultural común. Desde 1991 y hasta la fecha las Cumbres se han sucedido interrumpidamente y junto a ellas un enjambre de conferencias ministeriales, reuniones, foros y eventos que en su conjunto llamamos La Conferencia Iberoamericana. A partir de este año las Cumbres pasarán a ser bienales.

Por otro, la Secretaría. En el año 1995 los Presidentes firman el Convenio de Bariloche por el cual se genera un sistema de cooperación de las Cumbres. Acuerdo único en un espacio multilateral, pues no se trata de hacer un fondo de ayuda al desarrollo, puesto que no corresponde a los fondos de ayudas que prevé la Unión Europea, es más bien un foro de diálogo político, no un acuerdo de integración.

En el año 2000 se creó la Secretaría de Cooperación Iberoamericana para dar un orden y estabilidad a los programas surgidos a la luz del mencionado convenio de Bariloche, y con la intención de elevar más el nivel político y la importancia del espacio, en el 2005 en la Cumbre de Salamanca se crea la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como oficina técnica permanente de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno, promueve, coordina y alienta la cooperación horizontal entre los 22 países de la región (19 latinoamericanos, España, Portugal y Andorra). Contribuye al fortalecimiento y la cohesión de la Comunidad Iberoamericana e impulsa su proyección internacional. Colabora en la preparación de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno. Promueve los vínculos históricos, culturales, sociales y económicos entre los países iberoamericanos, reconociendo y valorando la diversidad entre sus pueblos. Ejecuta los mandatos que reciba de las Cumbres y Reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores iberoamericanos y coordina las distintas instancias de la Conferencia Iberoamericana con los demás organismos iberoamericanos.

¿Cuándo y respondiendo a qué necesidades se creó el departamento de cultura?

De cara a la Conferencia se pueden agrupar las acciones impulsadas para fortalecer los vínculos culturales en tres momentos: el primero es el principio fundacional del reconocimiento de la diversidad cultural no solo dentro de la Comunidad en general, sino al interior de los países. El segundo, lo constituyen los denominados programas Iberoamericanos, que se han convertido en los más importantes instrumentos de cooperación cultural de la Comunidad Iberoamericana. El tercero, se ha ocupado de la institucionalidad de la Comunidad Iberoamericana en lo que se denomina el “Espacio Cultural Iberoamericano”. Este concepto, implícito desde las primeras declaraciones de las cumbres, se ha ido estructurando y adquiriendo un “corpus” de elementos constitutivos que permiten identificarlo conceptualmente. A la llegada del primer Secretario General, D. Enrique Iglesias, se estructura la SEGIB además del Gabinete del Secretario en dos Secretarías Adjuntas, una política y la otra de cooperación que heredaba a la anterior SECIB, y D. Enrique decide trabajar en tres áreas fundamentales para la cooperación: Cultural, Económica y Social.

Siempre en el convencimiento de que el pilar fundamental, lo que une a nuestra comunidad, es el acervo cultural y los valores compartidos. Por eso para él esta era una suerte de columna vertebradora. En la Cumbre de Montevideo (2006), se aprobó la Carta Cultural Iberoamericana, derivada de la Convención sobre la Diversidad de la UNESCO para fortalecer “el espacio cultural común a nuestros países”. Y aun siendo un documento no vinculante sí está firmado por los 22 países. Es el norte y marco de nuestra acción cultural.

¿Cuándo fue elegida Directora de dicho departamento y cuántos años ha estado al frente del cargo?

En marzo de 2009 asumí el cargo y hasta la fecha he estado al frente de esta Direccion. En la Secretaria (antes de Cooperación) y a partir de 2005 en la Secretaria General Iberoamericana. Llevo en total 14 años.

¿Cómo definiría su trayectoria por la SEGIB?

Han sido muchos años en esta institución, con diferentes responsabilidades. La más apasionante sin duda, la Dirección de Cultura a la que me dediqué con entusiasmo y responsabilidad, en el convencimiento de que nos debemos a nuestros países que han apostado por un sistema de cooperación único, en donde el compromiso de todos, las aportaciones y las ejecutorias, nos han permitido avanzar, ver resultados, seguir construyendo y desde luego sortear las debilidades propias de las inercias institucionales y la falta de más recursos.

Partiendo de esa base me dediqué a trabajar por el sistema de cooperación concibiéndole exactamente como lo que es, no un conjunto de iniciativas aisladas, sino un engranaje que refleja en la práctica lo que se quiere defender en la Carta Cultural, y en el convencimiento de que es un proceso en construcción para llegar a la consolidación de un espacio cultural común que tiene enormes posibilidades en lo económico, jurídico, social, patrimonial, educativo, digital y desde luego en cuanto a las comunicaciones. Entender así nuestro patrimonio, la importancia de la cultura en el desarrollo y el auge de las industrias culturales en este siglo XXI nos permite posicionarnos con mucha más fuerza al concebir la región como un todo cultural en su diversidad, en un mundo globalizado.

¿Qué es lo que más le ha satisfecho de su trabajo?

El sistema de cooperación cultural iberoamericano se ha convertido en un referente de aquellas iniciativas que dan sentido a lo multilateral. Hemos visto conjunto a un modelo exitoso como Ibermedia, han crecido o se han transformado otros programas en áreas tan importantes como distintas, desde los archivos diplomáticos y nacionales, hasta las culturas vivas comunitarias, sin soslayar ninguna: artes escénicas, museos, músicas, bibliotecas, orquestas juveniles, artesanías, televisión cultural, la memoria sonora y las expresiones culturales de los migrantes. Si los países lo consideran conveniente, saldrá adelante la iniciativa sobre las cocinas tradicionales que sinceramente, puede ser un medio más de integración y cooperación cultural así como un área de inclusión y cohesión social. Además avanzamos en la idea de pensar colaborativamente en nuestras artes visuales.

Las líneas estratégicas: Diplomacia Cultural, Industrias y Pymes culturales, y Cultura y Cohesión social, nos han dado soporte conceptual, y alcances más allá de los programas mismos en la consolidación del espacio cultural y las sinergias. Pero el esfuerzo no acaba ahí y eso me da un gusto enorme. Tras la mencionada consolidación del Espacio Cultural, apoyamos los esfuerzos de otros organismos y llevaremos a la Cumbre la Guía Metodológica para que todos los países puedan tener un mínimo común sobre las cuentas satélites de cultura, que permiten medir el peso de las industrias culturales. Si se logra el consenso, desarrollaremos la agenda digital iberoamericana y el Master en Diplomacia Cultural.

Además de estas grandes líneas tenemos un par de ayudas para residencias destinadas a artistas y creadores en colaboración con el gobierno de Francia.  Con el Fondo Internacional de las Artes trabajamos en la circulación de exposiciones y otras ideas audaces del arte y la cultura iberoamericana y frente a la Cumbre y los países propendemos por la visibilidad de la cooperación iberoamericana a través de los programas, acciones y propuestas innovadoras. Todo esto me llena de satisfacción lo hemos logrado con escasos recursos pero con sentido de compromiso y casi todos los ministerios de cultura de los países han asumido tareas, costes, investigaciones y colaboraciones por nuestro espacio y sistema común. ¡Es maravilloso!

¿Qué retos culturales ha alcanzado durante su dirección?

A mi llegada a la Dirección existían IBERMEDIA, ADAI, RADI, PIC-BIC y ABINIA , dedicados al cine y audiovisual, la conservación de archivos generales y de archivos diplomáticos, al fomento de la lectura y al fortalecimiento de las Bibliotecas Públicas. En 2005, echa a andar la Secretaría General Iberoamericana y se nombra a D. Enrique V. Iglesias primer Secretario. En 2006 se crea el programa IBERESCENA para la promoción de las artes escénicas, la danza contemporánea y el circo. A partir de 2009 cuando yo asumo la dirección creamos: IBERMUSEOS, IBERORQUESTAS INFANTILES Y JUVENILES, IBERMUSICAS, IBERARTESANÍAS, IBERCULTURA VIVA e IBERMEMORIA SONORA Y AUDIOVISUAL. Mientras PIC BIC se transforma en IBERBIBLIOTECAS y TEIb y empieza a ocuparse también de asuntos culturales y deviene en un programa transversal al servicio de la cooperación iberoamericana.

El único programa que manejaba fondos de ayudas era Ibermedia, en general los demás recibían dinero de la cooperación española. Así que siguiendo un modelo exitoso, adecuamos todos los programas culturales a la modalidad de cooperación multilateral, corresponsable, horizontal y solidaria. Sin desconocer que hasta antes de la crisis los recursos que España aportaba adicionalmente a algunos de los programas eran muy importantes y que ha procurado mantener el esfuerzo desde luego con mermas sustantivas. Hoy todos los países aportan. Se trata de qué podemos hacer juntos y como lo hacemos mejor. Pensando desde la cooperación a la coproducción y siempre fortaleciendo el concepto de lo Iberoamericano.

Pero adicionalmente y para mi mayor satisfacción, cuando yo llegué, las cuotas de los países que tenían fondos eran iguales para todos, es decir, tenían que pagar la misma cantidad de dinero, lo cual no era solidario y dejaba por fuera de posibilidades a los países de economías más pequeñas y con menor PIB. Así que propuse el concepto de cuotas diferenciadas de acuerdo con los baremos económicos y como ya dije, horizontal, subsidiario, corresponsable y progresivo.

¿En qué situación se han encontrado las actividades culturales de la SEGIB en los últimos años?

Al inicio de la gestión, contábamos en los programas con 54 adhesiones de países y hemos pasado a 145 (incluyendo TEIb) . Emprendimos las reformas para el ingreso en los programas de ciudades, organismos y terceros tras su fortalecimiento. Hoy Iberblibliotecas cuenta con la adhesión de 2 ciudades y 1 Estado, e Ibermuseos tiene el apoyo de la Fundación Getty. Organizamos los talleres de capacitación para las Unidades Técnicas en temas administrativos, de gerencia por resultados, indicadores, comunicación y manejo de públicos. Estamos implementando las sinergias entre programas y desde 2013 promovimos las convocatorias conjuntas.

Todos los programas trabajan mediante planes operativos y avanzan en la elaboración de los estratégicos con indicadores. Evaluamos mediante licitación a Ibermedia, Iberescena, Iberbibliotecas e Ibermuseos. A fin de optimizar los fondos y dedicar la mayor cantidad de recursos para las ayudas y las acciones, hemos logrado con un buen número de programas que los países, en los que tienen sede las unidades técnicas, asuman total o parcialmente los gastos administrativos de las mismas.

El sistema es un modelo para la cooperación horizontal. Ibermedia ha generado 1.957 proyectos cinematográficos, la inversión de 77.5 millones de dólares entre 1998-2013 y más de treinta premios cosechados. Mientras Iberescena, en sus escasos años de existencia, ha logrado apoyar 726 programas, 7 millones de euros en coproducciones teatrales y obtuvo un premio internacional (Max 2013). Señalando solo algunos hitos, Iberorquestas ha repartido 2.5 millones de dólares en ayudas, ha tenido dos ediciones de la Orquesta Juvenil Iberoamericana, ha logrado la cesión de derechos de interpretación de una de las versiones de los Danzones de Márquez y tendrá una gran premier el 19 de noviembre, cuando se interpretará la composición ganadora en la convocatoria Ibermúsicas e Iberorquestas.

Iberartesanías ha beneficiado a todos los países con talleres y seminarios sin coste para los gobiernos. Iberomúsicas dobló su presupuesto de fondo en el mismo año en que se creó y ha otorgado 100 ayudas directas, 400 conciertos, 40 residencias, 300 artistas girando y 3.000 recursos en el catálogo en línea. Ibermuseos se ha convertido en referente en la región con altísima representatividad en los espacios internacionales del sector y ya están en funcionamiento el Observatorio de museos a cargo de España y el programa de capacitación museística a cargo de México.

Colaboramos estrechamente con la Televisión Iberoamericana en la creación de los canales de lectura, cines, museos, artes escénicas, cooperación y el Noticiero Cultural Iberoamericano. Y hasta las iniciativas de más reciente creación (2012 – 2013), como son Iberartesanías, Ibercultura Viva e Ibermemoria Sonora, ya tienen las vinculaciones necesarias para ser todos Programas de Cooperación Cultural, pues reúnen como mínimo a 7 países.

¿Han contado con la misma financiación que años atrás?

No, como ya dije anteriormente, años atrás había más recursos de la cooperación española. Los programas han crecido en adhesiones y en repartos de ayudas pero también es verdad que hay un riesgo si los fondos no crecen con la misma velocidad mediante más aportaciones tanto de países como de regiones, ciudades y terceros, y me refiero al sector privado, sociedad civil y a los organismos internacionales. A estas alturas será importantísimo pensar en un “foncultura”. De la misma manera que en su momento el BID, por citar un ejemplo, creó el FONAGRO con el apoyo y compromiso de todos los países y además se abrieron líneas de crédito para las PYMES, ahora hay que favorecer los emprendimientos culturales.

Después de varios años ocupando el puesto de Directora de Cultura de la Secretaría General Iberoamericana y velando por la construcción de una red de intercambios culturales entre España e Iberoamérica, ¿cómo ve el futuro de la SEGIB en el ámbito cultural?

Esa es una pregunta difícil. Mi aspiración es que vaya a más y mejor. Como digo, los retos son los citados en cuanto a fondos y créditos, lograr la integración cultural que facilite el tránsito de personas, bienes y servicios culturales, en eso ya por lo menos queda una semilla sembrada con los estudios propuestos y la voluntad de los jefes de las carteras de cultura. Desarrollar la economía de la cultura iberoamericana, patrimonios comunes, en fin, todo lo que está esbozado en la propuesta del espacio cultural iberoamericano. Pero estos esfuerzos, son frágiles, tienen las dificultades de lo gubernamental que está sujeto a los vaivenes de la política y a los cambios institucionales, así como a las variaciones en la geometría política multilateral. Si no se trabaja día a día en el empeño y con una agenda clarísima y de consenso al más alto nivel, si se desarticula o descuida, puede perder dinamismo. Sin duda, algunas iniciativas y programas pueden decaer o acabarse. Yo desaconsejaría absolutamente la desarticulación del sistema por favorecer la descentralización, por ejemplo.

¿Cree que el panorama cultural iberoamericano seguirá consolidándose a través de la gestión de la SEGIB?

Como digo arriba eso espero, a eso aspiro y me encantaría que así fuera. Hay que sumar, voluntades, esfuerzos, países no solo los iberoamericanos sino los observadores. Hay que gestionar fondos donde los hay, en la UE para no ir más lejos. Hay mucho trabajo y la SEGIB es pequeña y con poco personal para lo que se requeriría, pero si las autoridades ponen todo su empeño puede ir a más, creo yo.

Los cambios de personal directivo implican muchas veces un cambio de perspectiva, de equipo y de planteamiento. Desde su retirada del mando, ¿se ha percibido un cambio de dirección en el área cultural de la SEGIB?, ¿en qué sentido?

La Dirección de Cultura como tal deja de existir. La Secretaría tiende a fortalecer las oficinas regionales y a la disminución de personal en la sede central. Aun cuando se pretende trabajar por espacios (Cultural, del Conocimiento y de Cohesión Social) hay que ver en términos prácticos cuál es la diferencia frente a lo ya logrado, especialmente me refiero -porque es el que me toca- al cultural pues como se deduce de toda la entrevista, sobre ese ya estamos construyendo y mucho. En definitiva, toda nueva dirección suele traer cambios y aquí los habrá sin duda. Ya se perciben.

Como especialista en gestión cultural y centrándonos en el contexto actual, ¿qué medidas tomaría para salvaguardar la cultura y evitar el empobrecimiento y la escasez de oportunidades culturales?

Las tendencias en los países son distintas. Algunos están convencidos de la centralidad de la cultura como factor de inserción y cohesión social, así como de desarrollo. En estos casos, los presupuestos culturales han ido en aumento, ha mejorado muchísimo la institucionalidad cultural y la jurisprudencia. Hay nuevas leyes generales de cultura, o específicas referidas al cine, el libro y los derechos de autor, los museos, etc. Varios países han creado Ministerios o han elevado secretarías a ese rango. Ya se percibe la cultura con mayor interés también en los ministerios de comercio o turismo, por lo tanto de hacienda. En otros casos, por el contrario, se han cortado sustancialmente los fondos destinados a cultura, lo que a mi juicio es grave. El tema pasa por concebir la cultura como un bien de consumo suntuario o un factor de desarrollo humano y de progreso. Si se elige el camino segundo tendremos todas las oportunidades pensables.

 

Por Verónica Delgado

 
 
 

No hay comentarios todavía. ¿Quieres ser el primero en decir algo?

Deja un comentario