En un acto celebrado el pasado día 21 de febrero en la sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, el artista madrileño Julio López Hernández recogió la Medalla de Honor, que le fue otorgada de manos de su presidente, José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su «personalísimo estilo realista y fuera de los cánones académicos y a la revitalización lograda del espíritu clasicista”.
Imagen cortesía de Julio López Hernández
Repleta de asistentes, entre los que se encontraban numerosos socios y amigos, así como diferentes entidades colaboradoras de la Asociación Española de Pintores y Escultores, transcurrió un acto emocionado en el que a modo de introducción, la secretaria general, Mª Dolores Barreda Pérez, realizó un breve recorrido por la trayectoria artística y profesional del reconocido escultor de talla internacional, renovador de disciplinas como la medallística, y que sigue convirtiendo en sentimientos unas expresiones realistas de clara influencia poética.
Por su parte, el delegado de las Artes de Madrid, Pedro Corral, recordó que su arte está caracterizado por el personal estilo que ha hecho de este escultor un referente para las nuevas generaciones creadoras.
El homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, no sólo quiso recordar al genial escultor en su vertiente artística, sino que hizo especial hincapié en los valores humanos que siempre han rodeado a la persona de Julio López.
José Gabriel Astudillo lo reflejó muy acertadamente cuando expresó que este renovador de la escultura siempre se ha caracterizado por “el profundo respeto hacia la obra y estilo de los demás artistas y creadores, por su trato amable y cortés, por el profundo amor a su familia, por la honestidad reflejada en sus acciones y palabras… todo ello no son más que la demostración tangible de la grandeza de su alma, de la generosidad de su corazón y de la rectitud de sus sentimientos”.
Y sobre todos estos valores, Astudillo destacó el del compañerismo, “del que sus propios amigos pueden dar buena fe y que junto a su cordialidad son los valores que más enriquecen su vida. Por eso, para esta Asociación Española de Pintores y Escultores es un honor otorgar esta distinción a un excelente escultor y a una extraordinaria persona”.
Tras la imposición de la Medalla de Honor, el homenajeado quiso compartir con todos los asistentes al acto, la faceta en la que más centra ahora su actividad, sus composiciones literarias. Son estas, breves relatos que recuerdan con todo lujo de detalles, las sensaciones, imágenes e historia que rodean cada una de sus esculturas.
Recuerdos muy poderosos y actuales que ha ido atesorando en su memoria a lo largo de los años, y que consiguieron emocionar al público allí congregado por la sensibilidad que transmitían las vivencias que de esta forma quiso compartir con todos.
Para finalizar el acto, Julio López aseguró que este reconocimiento es un empujoncito que le impulsa a seguir trabajando con más ganas si cabe, en la exposición que prepara para la ciudad de Sevilla, y con la que tanta ilusión está ultimando ya preparativos y trabajos.
Fuente: Asociación Española de Pintores y Escultores
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