«Llegar al ciudadano de a pie es lo más difícil, conseguir que nuestras madres entiendan y disfruten de esto es nuestra gran lucha»

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Mario Gutiérrez y Paloma García. Imagen cortesía de Proyector13.

Carlos Delgado Mayordomo

Supone un gran reto llevar a cabo un festival de videoarte de las dimensiones de Proyector en unos tiempos tan conflictivos para todos los sectores, y especialmente para el sector cultural. El Instituto de Creación Artística KREÆ sigue apostando por difundir el videoarte, y lo hace a través de un evento de grandes dimensiones en el que participan y colaboran artistas, espacios culturales y gestores de todo el mundo con un mismo objetivo: la difusión de la creación contemporánea y los nuevos medios de expresión.

Del 21 al 30 de noviembre la ciudad de Madrid se convierte en la capital del videoarte en España, con la participación de nueve espacios culturales. La programación se puede visitar desde el día de la inauguración oficial, el 21 de noviembre, pero cada espacio tiene un protagonismo especial con actividades destacadas. Para desgranar las principales claves de este festival charlamos con sus directores, Mario Gutiérrez Cru y Paloma García Valdivia.

Estamos ante la sexta edición del festival Proyector. ¿Cómo valoran su evolución a lo largo de estos años?

PGV: Esta 6ª edición de Proyector ha tenido una gran repercusión en comparación con las ediciones anteriores, hay una mayor participación de artistas, espacios y público. Creo que esto se debe en primer lugar a que ya son más años de experiencia, hemos mejorado en la difusión y hay muchos más espacios y artistas participantes; en el caso de los espacios muchos de ellos han repetido en esta edición. Estamos muy contentos con la afluencia de público, así como de la repercusión en los medios. Parece que Proyector se está asentando como festival de videoarte internacional.

MGC: El festival nació como todo, por casualidad, por necesidad, en el ya cerrado Espacio Menosuno, del que lamentablemente ya no quedan más que recuerdos de su apogeo y ejemplo de crowdfunding comunitario. Tras la convocatoria de piezas aparecieron demasiadas obras de una calidad excepcional y tuvimos que improvisar, preparar una pequeña muestra de una semana de duración especializada en videoarte.

Los objetivos básicos eran mostrar, difundir y abrir al público un tipo de arte, hasta la fecha, digamos, poco comercial. Teníamos varias premisas, no sólo centrarnos en piezas proyectables sino que las video-instalaciones estuvieran siempre presentes, así como la necesidad de que no sólo las piezas hablaran por sí mismas, sino crear mesas redondas donde presentar, debatir y compartir. Y aparecieron las colaboraciones con festivales nacionales. Al año siguiente repetimos formato pero nos quedamos con la pena de no poder crear una muestra más variada, abierta a más artistas. Por lo que ya en el tercer año teníamos más piezas y más colaboraciones internacionales y comenzamos a crear una base de espacios interesados en generar esta pequeña red audiovisual; pasamos de uno a cuatro y creamos el primer taller de videoarte para invitar a los no iniciados a conocer este formato.  Los talleres se repitieron en el tiempo y en el espacio, llegando a hacerlos incluso en Centroamérica.

Los últimos dos años, nuevas incorporaciones hasta pasar a 8 y 16 sedes consecutivamente, y este último año ya Portugal e Italia eran parte de esta trilogía de países interesados en el videoarte, países expulsados de la posibilidad de obtener dinero para o por ello. Éramos los «PIGS», donde la cultura ya sólo es la moneda de cambio, que no se sabe muy bien por qué tenía que autosustentarse. Desaparecía así ese concepto de «arte=educación» para ser una industria, siendo el teorema mucho más difícil de percibir, «arte=dinero», pero no el del estado o las instituciones que tras el despilfarro de años anteriores ahora se muestra prácticamente «vacío», y no en el sentido del que hablaba el gran Oteiza.

Los logros, o el logro, quizás, sea sobrevivir, apostar por un proyecto y llevarlo a su máxima potencia con los recursos y energías que tenemos. Y haceros confiar en él, quererlo y querer estar ahí. Este año tenemos ya varias personas que nos han escrito que van a venir de otras ciudades y países para ver este pequeño circo, donde el vídeo es el gran animal domado.

Aunque Madrid es el núcleo central del festival, habéis buscado una dimensión internacional. ¿Qué otros países participan en esta edición?

PGV: Nuestra intención como festival internacional de videoarte es tener una proyección internacional, y eso lo hacemos a través de los artistas extranjeros y a través de alianzas con países que tienen intereses compartidos. Este año contamos con Portugal, con la galería Santa Clara de Coimbra, con Noruega, en concreto estamos en Trodheim, en la que participan Llll Art Agency en el Atelier Ilsvika y estaremos en Italia con una selección de esta edición en [Box.], coordinada por VisualContainer en Milán.

MGC: Crear un festival de arte y además hacerlo en simultáneo en varias sedes, y en este caso países, sólo es posible porque hay grandes agentes culturales que valoran lo que hemos realizado hasta la fecha y se arriesgan a dar la cara por un festival que desde la honestidad y cariño ha ido plantando semillas y creando maravillosas redes que ya son casi inseparables. El festival Fonlad de Portugal y VisualContainer de Italia son ya nuestros aliados desde hace ya varios años, y en España Lapieza, que lleva con nosotros desde las últimas cuatro ediciones -se desplazó a Noruega, lo que facilitó que la red se hiciera fuerte-. Pero Proyector siempre ha sido una gran tela de araña donde proyectos como DVD Project, con 19 países involucrados, o las siempre colaboraciones con países latinos, no dejan de demostrar que el formato audiovisual es una de las mayores estructuras dinámicas de intercambio de cultura. Internet, las «clouds» y la facilidad total y mágica de los artistas participantes hacen que sin recursos se pueda conseguir cualquier cosa.

¿Cuáles son las principales novedades que podemos encontrar este año?

PGV: Las novedades de esta edición son la inclusión de video-performance, video-mapping, proyecciones en Super8… Así mismo este año hicimos una convocatoria pública con una participación masiva, y con muchísima calidad.

MGC: Proyector sigue siendo esa pequeña apuesta por crear un visión lo más amplia posible del videoarte internacional actual. Aunque este medio lleve con nosotros cerca de medio siglo, son muchos los que todavía no están acostumbrados a ir a un museo, galería o centro de arte y encontrarse con una obra que pide un tiempo para su comprensión. Ya fue difícil aceptar que el espacio, la luz y el sonido eran obras de arte, más aun a pesar de que las «pantallas» nos rodean, y cada vez existan muchos más diversos aparatos que «precisamos» para vivir en este presente. Pocos aceptamos que una distorsión, un uso distinto del comercial, del informativo, de una pantalla, sea una opción válida como proceso creativo.

La novedad de este año es la inclusión de nuevos espacios en esta ciudad que varía, que muta cada año. Lamentablemente son muchos los centros con lo que hemos trabajado a lo largo de los años que han cerrado, pero afortunadamente todavía los locos apuestan por la creatividad y la flores comienzan de nuevo a crecer en esa capital del abandono estatal. Con lo que cuatro nuevas sedes se incorporan (Espacio Oculto Madrid, Espacio Naranjo, Miscellaneous y La Neomudéjar), cada una con sus propias cualidades, públicos y estilos, aunque en casi todas ellas está ese espíritu de comunidad, de colectividad, de co-working y, sobretodo y cada vez más, de internacionalización e intercambio. Todo ello sin dejar de ser espacios totalmente profesionales y abiertos a la vanguardia, si se puede usar esa palabra, del arte actual.

Los platos fuertes son tanto la cantidad como calidad de las piezas presentadas, donde por primer año y gracias a los patrocinios en especie vamos a conseguir poner a muchos de los artistas casi como instalaciones, con monitores, proyectores e incluso vamos a poder hacer instalaciones sincronizadas tri-canal, video-mapping. Quizás el mayor lujo es haber invitado a dos artistas a realizar unas residencias y crear piezas site specific, como ha sido el caso de Eunice Artur en Miscellaneous y Elisa Arteta en Off Limits. 

¿Existe un tema o hilo conductor que organice la selección de los trabajos y proyectos participantes?

PGV: Esta sexta edición no responde a un único tema, sino que a lo largo de los diferentes espacios podremos ver obras que tratan del paisaje, de los «no-lugares», del espacio y el tiempo, de la invisibilidad, la crítica política y social, la fantasía o los mundos irreales, conceptos de identidad o de frontera, entre muchos temas más. Una ocasión perfecta para debatir y compartir rodeados de mucho videoarte.

MGC: La selección de trabajos de este año no cumple unos parámetros fijos, ni una orientación totalmente marcada, principalmente porque son muchos espacios expositivos y hemos recibido muchísimas propuestas muy variadas y valiosas todas ellas. Es cierto que hemos hecho dos ciclos expositivos que sí se podrían enmarcar en unos contextos como son «Espacios del tiempo o viajes a ninguna parte» y «Espacios del absurdo o personajes de la nada», pero fuera de estas selecciones, e incluso en el Best of no hemos pretendido cerrarnos a una temática. Aunque siempre están presentes para nosotros unos temas de actualidad y ciertas sensibilidades, que sin querer nos parecen importantes y no hemos sido capaces de dejar fuera.

En cualquier caso, ¿cuáles son las tendencias, a nivel técnico y temático, que piensan que pueden configurar el horizonte del videoarte actual en España?

PGV: Creo que las tendencias que seguirá el videoarte en España seguirán más o menos igual en cuanto a la temática, el videoarte no deja de ser un soporte ante el que el artista refleja sus inquietudes y preocupaciones. A nivel técnico sí creo que habrá un avance, o un cambio, creo que cada vez más el videoarte tenderá a la experiencia total del usuario a través del sonido, la performance, las instalaciones, la integración en el espacio a través de los mappings, etc.

MGC: Hablar de tendencias es como pretender que  la creación tenga relación con la moda. Lamentablemente es cierto que del uso de la baja tecnología, del analógico, se está pasando al uso de móviles que tienen una calidad muy superior a formatos que hasta principios de este siglo eran más que válidos. Veo que cada vez hay menos artistas que investigan con las intervenciones en el propio aparato, en las distorsiones, en el uso del espacio, siendo el vídeo monocanal de menos de 10 minutos lo más habitual. Quizás por facilidad, quizás por poder moverlo a otros concursos, o quizás por falta de creatividad o necesidad.

El vestival pretende una relación muy próxima con la población, una vinculación directa con un público que en muchas ocasiones no está acostumbrado al videoarte. ¿Cómo afrontáis esta búsqueda de una interrelación directa con el ciudadano?

PGV: Efectivamente queremos llegar a todos los públicos. En relación con el público ajeno a este medio de expresión buscamos temas cercanos y comprensibles por cualquiera, preocupaciones generales que a través de las imágenes hagan que el espectador pierda el miedo a este medio, por ello cuidamos mucho la selección. (Eso no quiere decir, que no haya propuestas arriesgadas y temas críticos, utilizamos la mezcla de ambos para que el espectador se sienta integrado.)

MGC: Llegar al ciudadano de a pie es lo más difícil, conseguir que nuestras madres entiendan y disfruten de esto es nuestra gran lucha. Por eso las selecciones que hacemos, por eso la descentralización, por eso la variedad, las mesas redondas, las visitas guiadas. Por eso el uso de escaparates. Pero aun así, seguimos pensando que tenemos que meternos directamente en la calle, y el año próximo haremos un gran esfuerzo para que los ciudadanos se topen con el vídeo, se enfrenten al arte, sin tener que ir a espacios específicos, sin tener que cruzar el miedo escénico. Ojalá todos puedan disfrutarlo.

La Neomudéjar se incorpora como uno de los espacios principales. ¿Cuáles son los principales hitos de su programación durante el festival?

PGV: Este año hemos tenido la suerte de contar con La Neomudéjar como sede principal del festival, por su amplitud y su espacio sugerente se muestra allí casi el 90% de la selección oficial de Proyector. Se pueden ver más de 40 vídeos de los artistas de la convocatoria, así como la muestra DVD Project, que cuenta con 190 vídeos internacionales. Los hitos de la programación son todos los vídeos de la convocatoria de artistas, los realizados por: Salomé Lamas, Maite León Marín, Younes Baba-alí, Arantxa Boyero, Chiara Mazzocchi, Sinclair Castro, Raúl García Collado, Mery Sut, Florencia Levy, Jordi Bernardó, Javier Joven, Sira Bee, Mario Santamaría, Azahara Gagaliot, LabotTuerto, Jorge Valera y Andrea Vázquez, Nicolas Lamas, Irene Cruz, Marcia Beatriz Granero, Julian Castro, Montserrat Rodríguez aka nyx10110, Rui Silveira, Isabel Pérez del Pulgar, Sándor M. Salas, Andrea González, Alexander Calderón Jiménez, Pezconejo, Laura Blüer, Flavio g., Pablo Fernández Pujol, Ricardo Muñoz Izquierdo, Javier Velázquez, Laisvie Andrea, Bruno Bresani, Benjamin ‘ziggy’ Lee, Allysa Sing, colectivo ” 2+2” Alejandro Garat- Romina, Marta Pérez, Fausto Villalba y Amelie.

MGC: El espacio La Neomudéjar es el sueño y pesadilla de todo curador, un espacio inmenso, en bruto, salvaje y puro. Con unas dimensiones y una historia que es imposible no pensar, no usar. Nuestra selección, que presentamos en el mismo, ha sido, en gran medida, forzada por él. Y hemos realizado muchas intervenciones, instalaciones que ni los propios artistas pensaron, ni nosotros mismos al seleccionar los vídeos. Son cosas que surgen por la magia del lugar, por los objetos que contienen, por las historias de las paredes, por el moho, por los sonidos, las acciones que han ido pasando por él en estos casi 150 años de vida.

A pesar de haber casi 250 piezas allí, destacaría 3 hitos. La gran muestra DVD Project, que ya con 8 años de vida cuenta con 190 artistas de 19 países seleccionados por 19 comisarios internacionales, y que este año se muestra en una video-instalación interactiva. El espectador se topa con una ventana a la ensoñación, una pantalla donde escoger, donde poder ser el protagonista del futuro próximo. Al escoger entre 190 palabras, una sola, la sala oscurece, calla para dejar paso a la selección. Dicha pantalla táctil no sería posible sin el patrocinio de Vector001.

También me parece interesante el «karaoke participativo», la pieza de Jorge Valera y Andrea Vázquez que usando la crítica cultural nos invitan a cantar. Y no podría dejar de mencionar la pieza que más trabajo personal me ha dado: un cuadríptico donde mostramos piezas de cinco artistas internacionales en multipantallas SHARP con su sincronismo Matrox gracias a Sistematics. El resto, puras delicias, monitores en carros de transportes, en porta cañones, en ruedas de cableados, en tubos futuristas de ADIF, o en cajitas realizadas para la muestra.

¿Habéis encontrado el suficiente apoyo por parte del Ayuntamiento o de la Comunidad de Madrid para poder desarrollar el festival?

PGV: No hemos encontrado ningún apoyo del Ayuntamiento de Madrid. Esperemos que para próximas ediciones podamos contar con él.

MGC: Ayuntamiento, Comunidad o Ministerio de Cultura no han sido miembros de nuestro festival, no hemos recibido ninguna ayuda económica de ningún tipo, cosa que nos orgullece tanto como entristece.

La decadencia cultural a nivel institucional es brutal, sólo es posible la vuelta a los 70′, donde los artistas e intelectuales se juntan para inventar, crear proyectos colectivos. Ahora, como entonces, pequeños visionarios abren puertas de locales, que se mantendrán hasta que sus deseos se tropiecen con la realidad de que nunca se revertirá ese dinero aportado de un modo monetario. Pero siempre nos quedará el recuerdo, el placer, el saber que sirvió, que las personas pudieron disfrutarlo, sentirlo.

Crear algo así se consigue porque, como decía antes, las personas, los espacios, los patrocinadores y, sobretodo, los artistas, confían en nosotros y esto es una responsabilidad inmensa. A lo largo del año nos juntamos, pensamos, discutimos sobre lo que debe estar, sobre el cuándo, el cómo, el porqué, pero son meses antes del mismo. El proyecto comienza realmente en el último mes, es cuando todo se vislumbra entre las sombras de la imaginación.

Los recursos es quizá la parte más problemática, pues las ayudas, los apoyos económicos, desaparecieron en esta España «acultural». Esta edición, como todas las anteriores -a excepción de la pasada, que contó con el apoyo de Intermediæ para sufragar los gastos de las conferencias, viajes e impresiones-, es una edición en la que los propios organizadores aportan de su bolsillo el poco dinero que tienen para hacer posible esta pequeña proeza. Desde hace unos días hemos dejado una cuenta bancaria para que quien quiera pueda hacer sus aportaciones, anónimas o no. Además este año, siguiendo las actuales corrientes europeas, las entradas a las exposiciones tendrán un precio libre. Es decir, cada persona apartará o no lo que considere que puede y quiere pagar. Ese dinero servirá para pagar los ya citados gastos y cachés.

 
 
 

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